El proyecto del primer coche deportivo de la historia se conoció formalmente como T45 15-45HP. Medio millar de ejemplares se vendieron entre 1911 y 1920. Llevaba un motor de cuatro cilindros en línea, de 3.619 centímetros cúbicos, y entregaba 60 caballos de fuerza. Contaba con caja de tres velocidades.